Manifesto del Suelo

LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS

Una colaboración de personas preocupadas de todo el mundo

PREÁMBULO

El momento de actuar es ahora. 

Nuestro planeta, los seres que residen en él que conforman el complejo y completo sistema viviente del que depende toda la vida están gravemente amenazados. Las funciones vitales se ven amenazadas por la explotación, el pensamiento a corto plazo y una visión del mundo que valora el crecimiento económico y financiero por encima de la continuidad de la vida y los sistemas vivos. 

Los sistemas complejos e interconectados a través de los cuales la vida en nuestro planeta ha podido florecer y crecer durante milenios, han sido malentendidos, tergiversados y maltratados durante demasiado tiempo. Nosotros, como humanos, hemos intentado separarnos de la red de la vida. Hemos creado una visión jerárquica del mundo y hemos colocado a nuestra especie en la cima, en lugar de desempeñar un papel integrador en sus procesos vitales.  Esta actitud y este comportamiento están destruyendo los ecosistemas de nuestro planeta, creando desertificación, malnutrición, hambre, pérdida de especies además de otros efectos peligrosos y destructivos que se manifestarán durante generaciones. Esta visión antropocéntrica del mundo y este comportamiento legitimado deben transformarse ya. 

Todavía existe la posibilidad de transformar nuestros sistemas de gobernanza, de cambiar las prioridades económicas, centrándonos en la restauración de la Tierra y de los sistemas de los que dependemos para vivir. 

Las herramientas que necesitamos están disponibles. La armonía y el equilibrio podrían restablecerse, si los recursos mundiales que se gastan sólo en la guerra se reorientaran hacia la restauración de los ecosistemas, la reconciliación y el reconocimiento que todos los organismos vivos son responsables ante todo. Es necesario un cambio para ver a la Tierra, no como algo que nos pertenece para usarla y explotarla, sino como una responsabilidad común, confiada a nosotros, puesta a nuestro cuidado, para nutrirla y protegerla, para que nosotros podamos ser nutridos y protegidos a cambio. Tenemos que volver a la reciprocidad equilibrada con las áreas bióticas que nos sostienen.

Tenemos derecho a vivir, pero ese derecho conlleva la responsabilidad de proteger y cuidar todo lo que nos da la vida. Esta responsabilidad común debe estar en el centro de la atención y acción de los responsables de la toma de decisiones. 

No se trata de un concepto místico. La fuente de la vida, la salud y todo el bienestar se encuentra en la Tierra, el aire, el agua, el sol, el suelo y el cielo. Estos elementos son la base de la vida misma. Si les causamos algún tipo de daño o perjuicio, nos estamos perjudicando a nosotros mismos. 

Ha llegado el momento de restaurar nuestra Tierra. Ha llegado el momento de reconocer nuestra dependencia del suelo vivo y la microbiota del suelo, ya que lo que es esencial para la vida, a menudo es invisible para el ojo humano y sólo se reconoce y valora en el momento de su muerte o extinción. 

Exhortamos a los líderes y a los responsables de la toma de decisiones locales, nacionales e internacionales a que tengan el coraje y el corazón para tomar decisiones y acciones inmediatas que respeten el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras, y a que actúen con valentía en nombre de la vida.

¿Acaso puede haber una razón mayor que el hecho de que nuestra propia vida dependa de ello?

Un suelo sano y vivo es esencial para que toda vida prospere. En la reciente historia de la humanidad, la calidad y el cuidado del suelo se han ignorado y malinterpretado en gran medida y, debido a la mala gestión, los suelos están en grave peligro. Los suelos deben entenderse como una creación compleja y viva, formada como resultado de una multitud de macro y microorganismos interrelacionados que trabajan juntos en una red de intercambio de nutrientes. La complejidad de la naturaleza viva del suelo sigue sin estudiarse y sin entenderse.

Es necesario reconocer, proteger y restaurar el papel vital que desempeñan los suelos vivos en nuestros ecosistemas. El suelo es el lugar de donde procede el 95% de todos nuestros alimentos: un suelo vivo y biodiverso significa alimentos sanos y por ende personas sanas. El suelo y el acceso a la tierra están directamente relacionados con el derecho a la soberanía alimentaria local.  La salud humana está directamente vinculada con los alimentos que consumimos y con el medio ambiente, que se sustenta en el suelo en el que habitamos y en el suelo vivo que satisface nuestra necesidad de alimentos nutritivos y vitales. 

Los suelos vivos, y la microflora y los organismos macroscópicos que los forman, no sólo son la base de los alimentos vitales y que mantienen la vida, sino que son la principal fuente de combustible, fibra y productos medicinales. El suelo vivo es esencial para todos los ecosistemas, ya que desempeña un papel clave en el ciclo del carbono y en todos los demás ciclos de nutrientes, almacena y filtra el agua, mejora la resistencia y mitiga el impacto de las inundaciones y las sequías. De hecho, la flora microbiana del suelo sirve como importante sumidero de carbono, que tiene un impacto directo en la mitigación del cambio climático. Los servicios ecosistémicos que ofrece el suelo son vitales e incalculables. 

¡El suelo está vivo! 

La salud del suelo está directamente relacionada con la supervivencia y el bienestar del ser humano.

Es vida para las generaciones futuras.

Debemos protegerlo y regenerarlo inmediatamente para que la vida continúe, no sólo la humana, sino toda la vida en la Tierra.


El Manifiesto “Soil4Life” reconoce los principios expuestos en los siguientes instrumentos:

Declaración de la ONU sobre la década de la restauración de los ecosistemas

Aproximación de la protección del medio ambiente a los ciudadanos

https://www.unep.org/news-and-stories/video/right-land-and-healthy-soils

Informe sobre la situación de los recursos edáficos en el mundo

Capital natural, servicios de los ecosistemas y cambio en los suelo: ¿Por qué la ciencia del suelo debe adoptar un enfoque ecosistémico?

Obligaciones en materia de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible

El Grupo Técnico Intergubernamental del Suelo ha completado el primer Informe sobre el Estado del Recurso Suelo en el Mundo

El impacto de la degradación del suelo en la salud humana

Los pequeños agricultores sostenibles están enfriando la Tierra

Los derechos a la soberanía alimentaria y al principio del consentimiento libre, previo e informado

Cuidar el suelo es cuidar la vida

Por lo tanto, pedimos:

1.
Un Suelo Común: Derechos legales para el suelo y responsabilidades éticas

El reconocimiento legal del suelo y de los microbios que lo crean, como un recurso vivo, compartido, valioso que merece ser protegido y restaurado. La responsabilidad legal de los líderes y los responsables de la toma de decisiones de custodiar, proteger y mejorar éticamente los procesos naturales y la materia viva de los suelos que gobiernan a nivel nacional y global.

2.
Protección y conservación inmediata de los suelos vivos

(i) Ético: Gestión de los suelos basada en el Enfoque Ecosistémico y los principios del Convenio de Biodiversidad.

(ii) Epistemológico: (véanse los artículos 3 y 7) reconocimiento de la validez y la sabiduría de los diferentes sistemas de conocimiento, incluidos los saberes indígenas sobre el suelo y el uso de la tierra (etnopedología).

(iii) Ontológico: reconocimiento de las diferentes situaciones y condiciones del suelo; dependiendo de los diferentes estados, situación, lugar, función, formas de ser y madurez del suelo, surgen diferentes derechos y obligaciones.

(iv) La creación de un sistema de gobierno multiplural para la protección y conservación del suelo a través de la colaboración, un régimen comunitario y un enfoque ético.

3.
Seguimiento permanente del suelo, de sus organismos vivos y de las relaciones entre sistemas biológicamente diversos

Seguimiento del estado de los suelos a nivel mundial a través de marcos normativos y obligatorios de la legislación medioambiental vigente, utilizando estrategias específicas, basadas en sistemas de seguimiento validados y actualizados, así como en prácticas de conservación locales y eficaces.

4.
Reconocimiento, recompensa e ingresos garantizados para los pequeños y medianos agricultores, incluidos los pueblos indígenas y campesinos

Apoyo a los agricultores durante la transición a métodos agrícolas regenerativos, orgánicos, sin productos químicos, naturales y sostenibles

5.
Apoyo a los agricultores durante la transición a métodos agrícolas regenerativos, orgánicos, sin productos químicos, naturales y sostenibles

Por ejemplo, aquellos que adoptan las Directrices Voluntarias para la Gestión Sostenible del Suelo (VGSSM, por sus siglas en inglés) y que aumentan la calidad de vida de los suelos que custodian.

6.
El fin de los subsidios perjudiciales

Eliminar la producción a gran escala como base de las subvenciones y, en su lugar, retribuir a la buena gestión, a la creación de bienes y servicios ecológicos y sociales. Es imperativo acabar con las injustas subvenciones a las grandes empresas agrícolas y a los agricultores industriales que favorecen económica e intencionadamente las prácticas agrarias que causan daños al suelo que inhiben e impiden a los pequeños agricultores y campesinos ganarse la vida y competir en los mercados. Las subvenciones son injustas si no apoyan y no se toma en cuenta el gran potencial que tienen los pequeños agricultores en generar capital natural; el apoyo a los agricultores para que adopten prácticas sostenibles y orgánicas, así como la retribución a los pequeños agricultores por la prestación de servicios que proporcionan a su entorno local y a las sociedades son esenciales para la conservación del suelo. 

7.
Reconocimiento, valoración y protección de la sabiduría tradicional y las culturas terrestres sostenibles

Reconocimiento y protección de la agroecología campesina, de los saberes y prácticas ancestrales relativas a la protección y preservación del suelo que potencian la microbiota del suelo. Reconocimiento y apoyo al derecho de las culturas tradicionales, a los territorios que han sido su patrimonio y fuente de vida durante varias generaciones. Reconocimiento al legado de las personas que trabajan y viven en los territorios, tradicional e históricamente (pequeños y medianos agricultores, personas sin tierra, mujeres y jóvenes rurales, indígenas, migrantes y trabajadores agrícolas) también a su patrimonio en la competencia local y de los saberes intergeneracionales relativos a la gestión del suelo. 

8.
Adaptación urbana urgente, regeneración y contención de daños

Apoyar y actuar en favor de iniciativas urbanas que reformen *los terrenos baldíos para convertirlos en espacios verdes y regenerar y prevenir el sellado del suelo. Premiar a las ciudades verdes por el aumento de la cobertura vegetal y del suelo vivo.

Integrar el suelo como una entidad viva dentro del desarrollo urbano y gestionarlo para que siga funcionando. Mejorar la cobertura del suelo vivo y áreas comunes en la planificación del desarrollo urbano que proporciona un acceso ético a los espacios de cultivo, como huertos, parques y corredores verdes. Respetar el derecho a un medio ambiente sano, seguro y protegido mediante la creación y protección de áreas verdes con suelos vivos que aumenten la biodiversidad en nuestros ecosistemas urbanos. 

*Definición de terreno baldío en la planificación urbana: el terreno baldío es cualquier terreno previamente urbanizado que no está actualmente en uso y que puede estar potencialmente contaminado según Wikipedia.

9.
Apoyo a la investigación y la educación

Apoyo a la investigación interdisciplinaria que aporte los conocimientos y mecanismos que permitan una buena gestión ética de las tierras. Apoyo a la investigación sobre la diversidad de los suelos al igual que su papel en nuestro ecosistema global y en la sociedad. Evaluaciones cualitativas, investigación, educación, difusión respecto a estrategias éticas de regeneración y conservación del suelo. Integración e inclusión de la educación sobre el suelo a nivel local e internacional. 

10.
El suelo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El suelo vivo afecta a TODA la vida en la Tierra. Está relacionado con nuestra alimentación, la calidad del agua, la biodiversidad, la construcción, la agricultura, la salud y la expansión urbana. El estado del suelo está intrínsecamente relacionado con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible), pero son especialmente importantes el Hambre Cero, la Acción por el Clima, Vida de Ecosistemas Terrestres y las Ciudades y Comunidades Sostenibles.

Por lo tanto, como parte del compromiso local y global con los ODS de las Naciones Unidas, pedimos:

  • Apoyo a las prácticas agrícolas sostenibles y regenerativas; a las redes de pioneros en este campo para crear modelos de trabajo que puedan ser imitados y escalados. 
  • Garantizar el acceso a las tierras de cultivo, así como a los pastizales para que las comunidades locales e indígenas puedan seguir produciendo sus alimentos, poniendo fin al desalojo ilegal y forzoso de las personas de sus territorios originales.
  • Contrarrestar las adquisiciones de tierras por parte de las grandes empresas mediante leyes de protección y restricciones.
  • Poner fin a las subvenciones injustas que benefician a la agricultura industrial: en su lugar, exigimos el apoyo a los pequeños agricultores mediante inversiones públicas en servicios para las comunidades rurales, como el transporte público, escuelas y servicios de salud.
  • Un poder judicial independiente que trate los potenciales efectos negativos de los agroquímicos industriales en la biodiversidad y la salud del suelo.
  • La reducción del uso de fertilizantes así mismo de pesticidas agroquímicos industriales, la promoción de métodos de agricultura orgánica y agroecológica con énfasis en el fomento de relaciones de vida microbiana equilibradas (simbiosis) para la fertilización y el control de plagas. 
  • Apoyo a la cooperación horizontal y a la integración vertical en el sistema agroalimentario, con el fin de aumentar el valor agregado de la producción agrícola local y la vitalidad de las pequeñas empresas agrícolas, por ejemplo: mercados de la granja al consumidor, poner fin a las subvenciones de mercado injustas.
  • Estricta restricción a la ganadería intensiva que provoca la degradación, la erosión y la contaminación de los ecosistemas del suelo. Exigimos una reducción de la intensidad ganadera basada en la capacidad local de producción de alimentos para el ganado, frente al consumo de piensos/forraje para el ganado importados del extranjero donde los suelos se degradan en el proceso de producción. 
  • Límites a la asignación de tierras de cultivo para la producción de piensos/forraje para el ganado industrial y los biocombustibles. En su lugar, pedimos que se apoye la producción de cultivos ricos en proteínas para el consumo humano.
  • Un esfuerzo global de los servicios nacionales de salud para promover un cambio hacia un menor consumo de carne y de productos de origen animal, promoviendo alternativas ricas en proteínas, con la divulgación de cómo la producción concentrada e industrializada de carne está contaminando los suelos.
  • Aplicación de sistemas de etiquetado claros para que los consumidores puedan tomar decisiones éticas sobre la forma en que se cultivan los alimentos que compran. 
  • Preservación y protección de los suelos intactos de los bosques, los pastizales, las praderas permanentes, asignando un estatus especial de conservación a las turberas y los suelos orgánicos: estos suelos son únicos, están amenazados además son poco conocidos, su valor es incalculable tanto que su pérdida podría tener implicaciones fatales. 
  • Programas de apoyo a la población local para que elija la protección de los bosques antiguos como fuente de ingresos potenciales en lugar de los métodos de tala y/o quema. Valorando y reconociendo así las relaciones tradicionales entre las personas y los bosques creando nuevas relaciones como custodios de los bosques que han sido el hogar de los seres humanos desde siempre.
  • Limitar y regular del uso del fuego en la gestión de los residuos de las cosechas, los bosques y los pastizales. El fuego libera enormes cantidades de carbono a la atmósfera, pudiendo dañar la diversidad y la vida en el suelo de forma irreversible. 
  • Detener inmediatamente la conversión de bosques, sabanas y praderas en tierras de cultivo y en plantaciones para la alimentación del ganado o para la producción de biocombustibles.
  • Detener la degradación de la tierra apoyando la restauración del suelo y la adopción de técnicas agrícolas regenerativas, prohibiendo todas las prácticas agrícolas perjudiciales y de carácter tóxico. 
  • Apoyar la agrosilvicultura, agricultura orgánica y regenerativa con la conversión de las tierras de cultivo en praderas permanentes para aumentar la materia orgánica del suelo. De esta manera, limitando la erosión del mismo y previniendo la desertificación, reconociendo y promoviendo el valor económico de la captura de carbono como un valioso servicio ecosistémico prestado por los agricultores.
  • Aplicación equilibrada de fertilizantes orgánicos en los suelos, rotación de los cultivos con especies fijadoras de nitrógeno y cultivos de cobertura, además de la reducción de la ganadería intensiva para garantizar la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la ganadería y los fertilizantes industriales.
  • Inversión para la conversión de la agricultura convencional a la ecológica con el objetivo a largo plazo eliminando por completo el uso de pesticidas y fertilizantes industriales. 
  • Reconocimiento y pago por la prestación responsable de servicios sociales y *ecosistémicos de la agricultura sostenible (*servicios ecosistémicos como el aumento del contenido de carbono, la capacidad de retención de agua, la infiltración de agua, la biodiversidad, la fotosíntesis, la mitigación del cambio climático, el ciclo de los nutrientes, etc.).
  • El cese total de todos los regímenes de subvención basados en el volumen de las producciones o en la extensión de las tierras gestionadas como los pagos básicos de la Política Agrícola Común de la Comisión Europea (PAC), ya que son subvenciones genéricas a la agricultura industrial y la apropiación de las tierras por parte de las grandes empresas y quienes asignan los recursos no cumplen con el principio “dinero público para bienes públicos”.
  • Acabar definitivamente con la transformación de los campos verdes en asentamientos urbanos. Dar siempre prioridad a la reutilización de terrenos baldíos, así como a la regeneración de asentamientos abandonados y subexplotados.
  • Mayor apoyo a la regeneración de suelos degradados para la creación de áreas verdes urbanas y jardines comunitarios.
  • Valoración económica de los suelos sanos y vivos que refleje su verdadero valor en función de los servicios y beneficios que ofrecen a la sociedad, como el bienestar, la producción potencial de alimentos, la mitigación climática, la reducción de la contaminación, etc.
  • Aumento de la permeabilidad mediante el destape del suelo y la revegetación de las superficies urbanas, con el fin de realizar infraestructuras verdes de drenaje y almacenamiento de agua para contrarrestar el calentamiento urbano con soluciones basadas en la naturaleza.
  • Actualización de las estrategias de infraestructuras, para hacer frente a las necesidades reales de las comunidades y empresas, evitando una mayor extensión de las redes de carreteras que consumen suelo en los países desarrollados, evaluando las alternativas en términos de uso eficiente del suelo, por ejemplo, redes de transporte público más eficientes, carriles de bicicletas, etc. 
  • Adopción de criterios de remediación sostenible y evaluación de riesgos específicos del lugar, para la gestión y reutilización de suelos contaminados.
  • Mejores estudios y pruebas para mostrar los niveles de contaminación además de la toxicidad de los suelos previamente expuestos (por ejemplo, cerca de fábricas).
  • Transparencia y divulgación de los niveles de toxicidad en los suelos urbanos, especialmente en las zonas industriales. 
  • Limitar y regular la cantidad de hormigón, así mismo, las áreas de sellado del suelo en el desarrollo urbano, y en su lugar, siempre favorecer a la cobertura verde de suelo vivo y permeable.

¿Acaso puede haber una razón mayor que el hecho de que nuestra propia vida dependa de ello?

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El Manifesto del suelo se redactó dentro del proyecto LIFE Soil4LIFE, un proyecto europeo realizado con la contribución del instrumento financiero LIFE de la Comunidad Europea.

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